Sobrecarga informativa, por Jorge Franganillo (CC) |
Que internet es un océano de información y recursos ilimitado
es algo que no hay ya que explicar a nadie. Perderse en ese mar es una
experiencia habitual para cualquiera de nosotros. Todos hemos sufrido el stress
de la infoxicación,
así como la frustración de no poder encontrar aquella página web tan
interesante, de la que recordamos parte del contenido pero no dónde o incluso
cuándo la vimos. Y esto por no hablar de aquel recurso tan interesante que nos
pareció imposible de olvidar, pero cuya existencia ya no recordamos en absoluto.
Para paliar al menos en parte estos males, cuando navego por
internet utilizo un “protocolo” que podría decir que se ha convertido en un
ritual. Todo lo desordenada que soy en la vida real se convierte en obsesión
por guardar, clasificar y etiquetar cuando nos referimos a contenidos
digitales, así que mi ritual toma a veces los caracteres de manía (lo que no
impide que, con cierta frecuencia, no sea capaz de encontrar lo que busco y que
sé que he guardado cuidadosamente).
Antes de describir el proceso que sigo, me gustaría señalar
que hay multitud de herramientas distintas a las que propongo y que podemos
utilizar con el mismo fin. Por qué usamos una y no otra depende de muchos
factores, y la mayoría relacionados con el puro azar: alguien nos la recomendó
en primer lugar, nos sonó bien el nombre o, después de pasar un buen rato (o
incluso días) investigando en tutoriales nos decidimos por ella, sin saber si
habíamos hecho una buena elección o no. Con que estemos cómodos, en principio
es suficiente.
1. Acceso a la información: Hay mucha información,
artículos, recursos, vídeos, podcasts, etc. en internet, pero ya desde el principio
tenemos que aplicar algún tipo de filtro para acceder a contenidos que puedan
tener algún interés para nosotros. Para ello,
aparte de lo que me llega por simple azar o me recomienda directamente algún
conocido, utilizo fundamentalmente dos vías:
- La principal es un lector de feeds (o lector de RSS, o simplemente “agregador”). Para quien no lo sepa, este tipo de herramienta nos muestra cada vez que un sitio web (un periódico digital, un blog, un canal de youtube, un podcast o casi cualquier otro tipo de página web) publica nuevo contenido. Nosotros lo recibimos en nuestra aplicación, y podemos marcarlo como leído, dejarlo para después, archivarlo… El programa más utilizado es Feedly, aunque yo uso The Old Reader y estoy encantada con él. Es mi página de inicio en el navegador y si desapareciera me sentiría perdida en la red.
- La otra fuente, que he empezado a utilizar recientemente, es Twitter. Seguir a personas e instituciones del tema que nos interesa es una excelente manera de que nos lleguen esas páginas web que nos interesan. Por supuesto, también se pueden utilizar otras redes sociales, dependiendo del gusto de cada cual.
2. El primer filtro. ¿Qué hago con toda la información que
me llega a través de los canales anteriores? Es muchísima, así que alguna la
borro directamente (un vistazo al titular de una noticia me basta para saber
que no me interesa), parte la leo en el momento y otra la guardo (con un simple
clic) para más adelante. Para ello utilizo una herramienta muy popular: Pocket. Ahí guardo todo lo
que quiero leer “con calma” o “más adelante”.
3. El segundo filtro. Cuando tengo tiempo, voy repasando mi
lista de Pocket. Algunos de los contenidos, incluso interesantes, los borro sin
más. Pero otros me interesa guardarlos, pues creo que pueden ser útiles en el
futuro. Para ello utilizo Evernote,
que me permite crear carpetas, guardar no solo páginas web sino otro tipo de
archivos, escribir comentarios y, sobre todo, etiquetarlo todo para favorecer
su búsqueda posterior. La estructura de carpetas y etiquetas me permite
identificar cada recurso razonablemente bien y por tanto encontrarlo más tarde
cuando lo necesito (incluso aunque me haya olvidado de su existencia). Esta
herramienta (como las anteriores) puede tomar una dimensión social, pero yo solo la utilizo de manera individual.
4. Compartir. ¿Cómo devuelvo a la red el resultado de este
proceso de filtros? Soy muy cuidadosa con lo que comparto, entre otras cosas
porque no quiero contribuir al ya la ya excesiva información con la que nos
enfrentamos. Lo hago fundamentalmente de dos modos:
- Twitter: Tuiteo o retuiteo enlaces que me parecen de especial interés.
- Pinterest: Aunque Pinterest no es exactamente un marcador social, lo utilizo de esa manera. He creado varios tableros, en los que solo añado recursos especialmente relevantes y sobre temas muy determinados. Es para mí una especie de “repositorio VIP” que me apetece compartir. Aquí tenéis mi tablero dedicado a la Competencia Digital.
¿Os parece un proceso demasiado complicado? Puede, pero es lo que tienen los rituales.
Hola Elena:
ResponderEliminarMuy interesante. Gracias por compartir.