Cortometrajes para tratar la violencia de genero

El cortometraje es un medio ideal para tratar todo tipo de temas, de una manera con frecuencia mucho más certera que películas más largas. A menudo, además, los cortometrajistas muestran una gran sensibilidad social. En concreto, son muchos los cortos que tratan de un tema tan importante y tan sangrante como la violencia de género, y algunos son realmente fantásticos. Aquí os presento varios de ellos, que tratan el asunto desde diversas perspectivas.

El primero es Nacha 112, de Olga Monteagudo, rodado en 2008. Se trata de un corto muy sencillo, pero que da lugar a importantes reflexiones: ¿cómo debe actuar un espectador de un episodio de violencia?



Si el cortometraje anterior nos muestra el dilema que debe afrontar una persona ajena cuando conoce por casualidad un episodio de violencia de género, El trabajo de Sofía, producido por Jesús Cansino, Xavier López y Ana Fernández en 2009, nos presenta el problema desde el punto de vista de otro espectador, pero esta vez mucho más cercano y afectado por el hecho.


Los dos cortos anteriores están situados en nuestro contexto cultural. Por el contrario, Nasija, de Guillermo Ríos (2006), relata, a través de la historia de una joven africana, el maltrato físico y psicológico al que es sometida la mujer en algunas culturas de este continente. Un cortometraje no solo extremecedor, sino también de una impresionante belleza.




Otra propuesta es Propiedad privada, de Ángeles Muñiz (2006), que trata de forma magistral el tema de la violencia psicológica. Este corto, que os presento en dos partes, va acompañado, además, de un extenso y muy interesante material didáctico elaborado por el Instituto Asturiano de la Mujer.






Por último, Subir y bajar, de David Planell (2007), nos muestra un momento en la vida de una mujer que está intentando salir de una relación de maltrato. Creo que es un corto absolutamente conmovedor.

 

En definitiva, estos cinco cortometrajes son una excelente oportunidad para reflexionar sobre un tema tan sangrante a la vez que vemos cine del bueno.