lunes, 16 de mayo de 2016

Como navegar en internet y no naufragar en el intento



Sobrecarga informativa, por Jorge Franganillo (CC)

Que internet es un océano de información y recursos ilimitado es algo que no hay ya que explicar a nadie. Perderse en ese mar es una experiencia habitual para cualquiera de nosotros. Todos hemos sufrido el stress de la infoxicación, así como la frustración de no poder encontrar aquella página web tan interesante, de la que recordamos parte del contenido pero no dónde o incluso cuándo la vimos. Y esto por no hablar de aquel recurso tan interesante que nos pareció imposible de olvidar, pero cuya existencia ya no recordamos en absoluto.


Para paliar al menos en parte estos males, cuando navego por internet utilizo un “protocolo” que podría decir que se ha convertido en un ritual. Todo lo desordenada que soy en la vida real se convierte en obsesión por guardar, clasificar y etiquetar cuando nos referimos a contenidos digitales, así que mi ritual toma a veces los caracteres de manía (lo que no impide que, con cierta frecuencia, no sea capaz de encontrar lo que busco y que sé que he guardado cuidadosamente).

Antes de describir el proceso que sigo, me gustaría señalar que hay multitud de herramientas distintas a las que propongo y que podemos utilizar con el mismo fin. Por qué usamos una y no otra depende de muchos factores, y la mayoría relacionados con el puro azar: alguien nos la recomendó en primer lugar, nos sonó bien el nombre o, después de pasar un buen rato (o incluso días) investigando en tutoriales nos decidimos por ella, sin saber si habíamos hecho una buena elección o no. Con que estemos cómodos, en principio es suficiente.

1. Acceso a la información: Hay mucha información, artículos, recursos, vídeos, podcasts, etc. en internet, pero ya desde el principio tenemos que aplicar algún tipo de filtro para acceder a contenidos que puedan tener algún interés para nosotros. Para ello, aparte de lo que me llega por simple azar o me recomienda directamente algún conocido, utilizo fundamentalmente dos vías:
  • La principal es un lector de feeds (o lector de RSS, o simplemente “agregador”). Para quien no lo sepa, este tipo de herramienta nos muestra cada vez que un sitio web (un periódico digital, un blog, un canal de youtube, un podcast o casi cualquier otro tipo de página web) publica nuevo contenido. Nosotros lo recibimos en nuestra aplicación, y podemos marcarlo como leído, dejarlo para después, archivarlo… El programa más utilizado es Feedly, aunque yo uso The Old Reader y estoy encantada con él. Es mi página de inicio en el navegador y si desapareciera me sentiría perdida en la red.
  • La otra fuente, que he empezado a utilizar recientemente, es Twitter. Seguir a personas e instituciones del tema que nos interesa es una excelente manera de que nos lleguen esas páginas web que nos interesan. Por supuesto, también se pueden utilizar otras redes sociales, dependiendo del gusto de cada cual.

2. El primer filtro. ¿Qué hago con toda la información que me llega a través de los canales anteriores? Es muchísima, así que alguna la borro directamente (un vistazo al titular de una noticia me basta para saber que no me interesa), parte la leo en el momento y otra la guardo (con un simple clic) para más adelante. Para ello utilizo una herramienta muy popular: Pocket. Ahí guardo todo lo que quiero leer “con calma” o “más adelante”.

3. El segundo filtro. Cuando tengo tiempo, voy repasando mi lista de Pocket. Algunos de los contenidos, incluso interesantes, los borro sin más. Pero otros me interesa guardarlos, pues creo que pueden ser útiles en el futuro. Para ello utilizo Evernote, que me permite crear carpetas, guardar no solo páginas web sino otro tipo de archivos, escribir comentarios y, sobre todo, etiquetarlo todo para favorecer su búsqueda posterior. La estructura de carpetas y etiquetas me permite identificar cada recurso razonablemente bien y por tanto encontrarlo más tarde cuando lo necesito (incluso aunque me haya olvidado de su existencia). Esta herramienta (como las anteriores) puede tomar una dimensión social, pero yo solo la utilizo de manera individual.

4. Compartir. ¿Cómo devuelvo a la red el resultado de este proceso de filtros? Soy muy cuidadosa con lo que comparto, entre otras cosas porque no quiero contribuir al ya la ya excesiva información con la que nos enfrentamos. Lo hago fundamentalmente de dos modos: 
  • Twitter: Tuiteo o retuiteo enlaces que me parecen de especial interés. 
  • Pinterest: Aunque Pinterest no es exactamente un marcador social, lo utilizo de esa manera. He creado varios tableros, en los que solo añado recursos especialmente relevantes y sobre temas muy determinados. Es para mí una especie de “repositorio VIP” que me apetece compartir. Aquí tenéis mi tablero dedicado a la Competencia Digital.


¿Os parece un proceso demasiado complicado? Puede, pero es lo que tienen los rituales.

1 comentario:

Tus comentarios son bien recibidos