viernes, 5 de agosto de 2016

CONNECTOR 2016: Explorando métodos de educación no formal


Este mes de julio participé en la Actividad de Cooperación Transnacional CONNECTOR 2016, organizada por el programa Erasmus+ en Bucarest (Rumanía). Fue una experiencia maravillosa, en la que aprendí mucho, conocí a profesores y otras personas relacionadas con la educación no formal y descubrí un país, Rumanía, al que espero volver pronto (¿tal vez en el marco de un proyecto educativo con alumnos?).

CONNECTOR tiene como propósito poner en contacto a distintos tipos de profesionales apasionados por el aprendizaje participativo e interactivo y enfocado en la experiencia práctica. Este espíritu de participación y comunicación presidió todo el evento. Recuerdo por ejemplo el momento de la apertura: cuando el escenario del salón de actos se iluminó, nos encontramos con una sesión de percusión a la que todos los participantes terminamos uniéndonos a base de palmas y pitos.

El objetivo principal del evento es crear conexiones entre el aprendizaje formal y el no-formal, aunque también tiene otro muy importante: establecer asociaciones para futuros proyectos europeos en el marco de Erasmus+. Y desde luego CONNECTOR ha sido un lugar privilegiado para hacer contactos y establecer redes de profesores, dado el buen ambiente que había y el continuo intercambio de experiencias (muy diversas) entre los participantes.


CONNECTOR duró cinco días (del 6 al 10 de julio) y tuvo tres partes muy diferenciadas. El primer día (Sharing) tuvo un formato más convencional, con presentaciones y charlas por la mañana y trabajo en pequeños grupos, dedicados al intercambio de ideas, prácticas y experiencias por la tarde.


Los dos días siguientes (Learning) se dedicaron por completo al trabajo en talleres. Había más de veinte diferentes, con unos diez participantes cada uno. Estos talleres eran de lo más variado, y se dedicaban a distintos métodos de educación no formal como storytelling, photovoice, personal branding, gamificación, distintos tipos de teatro, animación callejera…


El taller en el que yo participé fue “Norm Criticism and Human Library”. El primer día lo dedicamos casi por completo a la “Crítica de normas”. Es fundamentalmente un método para transformar la forma en la que vemos el mundo, su diversidad y las identidades que forman nuestras comunidades; es tanto una vía para

analizar y entender las normas y las estructuras de poder como una herramienta para cuestionarlas y transformarlas. Este método nos ayuda a pensar críticamente sobre nosotros mismos, sobre otras personas y sobre la sociedad en conjunto. Por supuesto, todo ello está profundamente relacionado con lo que un profesor de filosofía o de ética tiene que hacer en clase y conseguir que hagan sus alumnos, por lo que extraje algunas ideas muy interesantes para aplicar en el aula.

El final del primer día de talleres y todo el segundo lo dedicamos a The Human Library (Biblioteca Humana), un tipo de actividad que está teniendo cada vez más popularidad en muchos países de Europa y que está diseñado para luchar contra la discriminación, los prejuicios y los estereotipos. La Biblioteca Humana funciona como cualquier otra biblioteca: los lectores acuden y toman prestados libros por un tiempo. Sin embargo, aquí los “libros” son seres humanos que establecen un diálogo muy personal con los “lectores”. Los objetivos de una Biblioteca Humana son promover el respeto a los derechos y la dignidad humanos, centrar la atención en la diversidad en todas sus formas y estimular el diálogo interpersonal. Conocer este método de educación no formal fue apasionante, sobre todo cuando tuvimos que organizar un pequeño evento de este tipo para nuestros compañeros de CONNECTOR.

En efecto, durante el cuarto y quinto día (Experimenting) todos los participantes pusimos en práctica los métodos que habíamos aprendido ante los demás compañeros y otras personas que quisieran asistir mediante espectáculos, performances u otro tipo de

actividades interactivas, de modo que todos pudimos tener una idea de lo que se había estado trabajando en los demás talleres.

Nuestro grupo, en concreto, organizó una pequeña Biblioteca
Los organizadores del la Librería Humana con algunos de los "libros"
Humana: buscamos a otros participantes con historias dignas de ser contadas, elaboramos un catálogo de “libros humanos”, adecuamos un espacio para la actividad y preparamos el material para llevarla a cabo. Aunque la idea me había parecido muy interesante desde el principio, no me di cuenta de lo potente que era hasta que no la vi funcionar. Tanto para los “libros” como para los lectores fue una experiencia de comunicación interpersonal intensa, transformadora. Sin duda, una actividad que me gustaría volver a organizar en mi localidad o mi ambiente.

La Hanul lui Manuc

A todo lo anterior hay que sumar estupendas actividades por las noches (algunas organizadas por el Servicio Nacional rumano y otras más espontáneas), un par de vistazos a Bucarest y, sobre todo, el contacto con el resto de los participantes. Éramos personas muy diversas, tanto en edad y nacionalidad como en intereses y ámbito profesional (siempre relacionado con la educación no formal), pero eso mismo contribuyó a crear un ambiente único. Tengo que destacar, además de a los colegas españoles, a un grupo de profesoras rumanas, que me acogieron desde el primer momento y fueron la mejor de las compañías. Pero todo el mundo fue gente maravillosa, dispuesta a dar lo mejor de sí misma para “conectar”. Y desde luego que lo hicieron.

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